miércoles, 20 de julio de 2011

El destino

Una vida sin riesgos es una vida muy riesgosa y espero no haberlo comprendido demasiado tarde.
Toda vida, todo destino, me digo, tiene el riesgo de no ser vida, de no ser destino. Y si consigo evitar todo riesgo, evito al mismo tiempo toda vida, todo destino.
"Todo el mundo encuentra su destino y se vuelve ciego frente a él. "
(Miguel Oscar Menassa)
Para que la vida transcurra y se produzca un encuentro con el destino hay que exponerse a la realidad. Exponerse a la realidad es dejar que te ocurran las cosas tal cual van sucediendo, no quedándote de brazos cruzados, sino provocando encuentros, desencuentros, acelerando o ralentizando procesos.
¿Pero qué es el destino? ¿Existe el destino? Sólo por nacer en una familia y no en otra, nacer hombre o nacer mujer, nacer en un país y no en otro, el destino ya ha jugado un papel en nosotros. Hay que saber vivir eso que nos toca antes de nacer. Como también hay que saber enfrentarse, más bien prepararse, para el único destino cierto, la muerte.
Respecto al destino en el transcurso de la vida, y no ya sobre las condiciones en que venimos a la vida, el destino es lo que nuestro deseo marca. Y para no sufrir hay que seguirlo, sin que pensamientos o dudas nos alejen de él. Encontrarse con el destino quiere decir realizar lo que los deseos indican. Y para realizar los deseos hay que jugársela.
Las enfermedades, las guerras o las catástrofes son obstáculos de la vida que no hay que confundir con el destino, aunque sería cuestionable también su vinculación con el deseo. Este tipo de situaciones hay que saber afrontarlas, porque por ejemplo no todos los enfermos de cáncer lo viven igual, ni todos los que sufren desgracias las padecen del mismo modo. Estas adversidades no deben servir para apartarnos de nuestro destino, al cual podemos llamar deseo, sea éste cual sea (ser profesor, formar una familia, publicar un libro…) Porque hay personas, que sabiendo su deseo, se rinden al primer contratiempo o simplemente deciden no trabajar para su deseo.
El destino, pues, se puede dirigir. O más bien, en esta vida hay que tener claro lo que se quiere, y en la medida que se vuelca el interés y el esfuerzo en ese objetivo, se tiene ahí el encuentro con el destino. Todo se construye. Es decir, el destino entendido como producto de un trabajo. Un destino que sólo se puede saber conforme vamos haciendo cosas y tomando una u otra actitud.
Elige tu destino y constrúyelo.

6 comentarios:

  1. El articulo me ha encantado, muy acertado. Sois ideales , haceis reir ,pensar y emocionar.Despues de una jornada bursatil es lo mejor que me puede ocurrir.Jose Javier.

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  2. vengo a dejarles un beso enormeeeeeeeeeeeeeeee !
    feliz dia mis niñas Tere y Cris , besos , abrazos , caricias , mas abrazos y un brindis !
    Las quieroooo!
    ( Es que en Argentina , el 20 de Julio siempre es el dia del amigo )
    Soy Gitana ♥

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  3. Qué curiosa tu entrada, si vieras la cantidad de veces que me he planteado todas esas preguntas que nos solemos hacer sobre el destino.
    Sí, quizás tengas razón, hay que jugársela.
    Besos.

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  4. Gitana nos has emocionado, que expresividad,.Te queremos y te adoramos, eres natural y tan sencilla,. Besos amiga. aqui no hay día del amigo. Es una pena.
    TERE

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  5. Me ha encantado el post. bien escrito Tere.Besicos muy fuertes de otro mañico y gracias por tu artículo.

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  6. Gracias desde el alma.
    Te quiero.

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